La crisis generada por la pandemia del Coronavirus tiene a toda la opinión pública en vilo.
Por tanto, es posible que te sientas preocupada por el riesgo al contagio directo o de alguna persona cercana, o por las consecuencias económicas, o quizás también te estés preguntando cómo llevar adelante el confinamiento en casa.
Cualquiera sea tu caso, lo cierto es que esta agitación de tu entorno genera una sensación de descontrol e inseguridad que se manifiesta en emociones que propician la impulsividad y te impiden pensar y actuar con claridad.
Con claridad me refiero a tu posibilidad de sopesar todas tus opciones y optar por lo que sea mejor para ti y los que te rodean.
La consecuencia de no tomar tiempo para retomar tu control, es que aumentas las probabilidades de sufrir más por la agitación que te rodea que por el virus en sí.
¿Cómo retomar el orden y el control?
Racionalizando la situación. Estos 3 pasos pueden ayudarte:
1. Toma consciencia de tus emociones:
Nombra lo que sientes y sé explícita al hacerlo.
¿Tengo miedo? ¿A qué?
¿Siento rabia? ¿Por qué? ¿Hacia quien?
¿Estoy confundida? ¿No sé qué pensar?
¿Sobrepasada?
Date un tiempo para reconocer qué es eso que te incomoda. Nota como se expresa en tu cuerpo y deja que esa emoción se manifieste. Hay allí información valiosísima que te va a permitir trabajar en los siguientes pasos.
Tus emociones son fuente de información, te dicen cómo estás interpretando tu realidad. Deja que te hablen y toma consciencia de lo que notes.
Tienes la capacidad no solo de distinguir cómo te sientes, sino de transformar esos estados de ánimo y de relacionarte de forma distinta con tu entorno.
2. Asume responsabilidad:
Tus emociones son una respuesta a un estimulo exterior. Es posible que no tengas control sobre eso que causó que te sintieses de x manera, pero definitivamente eres responsable de lo que sientes y de lo que haces con eso.
Es decir, no eres responsable del virus ni de cómo está afectando tu entorno, pero sí eres responsable de quedarte en pánico o de permanecer en la negación.
Empieza por reconocer y aceptar qué puedes cambiar y qué no.
Te invito a hacer una lista para que desarrolles todo lo que sí puedes hacer ante esta situación y que te va a permitir notar tu nivel de influencia.
Para inspirarte dale un vistazo a este cuadro en el que he compartido a modo de ejemplo algunos aspectos prácticos. Anímate y personaliza el tuyo. Aquí puedes descargar la ficha.
3. Actúa en congruencia
Una vez que tienes claro dónde estás y qué puedes hacer, pues no toca otra cosa que hacerlo. Sin acción terminarás otra vez sin poder, a merced de las circunstancias.
Eso sí, esta, como cualquier crisis, es una situación que evoluciona con rapidez por tanto mantente abierta y flexible para que puedas cambiar con ella.
Eres más que esto que está ocurriendo, esto es temporal, es solo otra oportunidad para que alimentes y afiances eso que es tu esencia y que te permite crecer en la mujer que sí eres.
También, date permiso para cuestionar lo que te rodea, y decide en función de lo que tenga más sentido para ti y los tuyos.
¿Quieres compartir tu experiencia? Aprendamos juntas y escribe tu comentario aquí.