Al ser mamá, me cansé de ponerme metas que parecía que nunca alcanzaría: ser profesional independiente, atender a dos niños, ordenar la casa, perder peso, tener tiempo en pareja…
Y claro, el resultado que se repetía era el mismo: yo, frustrada en el caos de mi día a día, sintiendo que lo único que crecían era, la montaña de platos sucios y mi voz cantando al mejor estilo de The Beatles:
¡HELP, I NEED SOMEBODY,
HELP, NOT JUST ANYBODY,
HELP, YOU KNOW I NEED SOMEONE, HEEELP!
¿Cómo es esto posible? No que lograra cantar, que es lo que se sigue preguntando mi marido después de 17 años, sino que terminara dándome golpes una y otra vez con la misma piedra.
Metas que desentonan con tu momento de vida
¿Te resulta familiar? Es que no es una, ni dos, son muchas las veces que te estableces metas y planes que están destinados al fracaso desde el momento en que los concibes.
Son muchas las variables, evaluando tus resultados con un coach o con un profesional de lo humano, podrás dar en el clavo de las tuyas, pero a modo general comparto contigo seis tips que puedes aplicar para realizar un plan exitoso:
Manos a la obra:
1. Verbaliza el por qué de tu plan
Dilo en voz alta y escríbelo luego. Da respuesta a estas preguntas:
¿Qué quiero?
¿Cuál es la importancia que esto tiene para mi?
¿Qué significará que lo logre?
¿Quién seré al terminarlo?
2. Planifica en función de lo posible, no de tus circunstancias
La vida es, y a todos nos pasa. Todos tenemos “algo”: o mucho trabajo, o familia, o presiones de dinero, o un dolor en x parte del cuerpo que no nos deja, etc.
Lo importante es que tomes responsabilidad de tu plan, que aceptes lo que no puedes cambiar, y que te preguntes qué sí puedes hacer.
No puedes controlar lo que está fuera de ti, pero siempre puedes controlar cómo actuar ante lo que te ocurre.
Ithaka, coaching and Facilitation
Quizás no te puedas ir de vacaciones, pero sí es posible convertir tu sala en un campamento.
Quizás no puedas dejar tu trabajo pero sí puedes mejorar tu ambiente, buscar otras ofertas, reducir jornada…
3. Establece tiempos realistas:
“Roma no se hizo en un día”. Un día tiene 24 horas y la semana 7 días. De esas horas y esos días, no haces una, sino muchas cosas. Así que toca listar actividades, categorizarlas y darles prioridad:
¿Qué es posible dentro de mis circunstancias actuales?
¿Cuánto tiempo puedo dedicarle?
¿De qué o quién dependo?
¿Cómo se traduce esto en tiempos?
Y sí, el ocio también se planifica, agéndalo y cumple el tiempo que le des. Si es una hora de TV, ten esa disciplina de cumplirla y cerrarle en el momento que hayas establecido.
Al estimar tiempos realistas, hablamos también de considerar los imprevistos.
Una vez que hagas el plan A, pregúntate: ¿Qué pasa si algo no va según lo previsto?: Los niños amanecieron enfermos, la persona a la delegaste alguna actividad no pudo cumplir, tú misma te has sentido mal…
¿Qué colchón necesitas para no afectar el éxito de tu proyecto?
4. ESCRIBE Y AGENDA TU PLAN:
Así en mayúsculas y con altavoz. Esta puede ser sin duda la variable de éxito de tu plan.
No sirve que lo tengas en tu cabeza, ni en la agenda que nunca llevas contigo. Haz un plan que puedas visualizar. Te dejo acá el enlace a un post que va sobre el valor de escribir.
Toma papel y lápiz y haz tu mapa. Esto enviará un mensaje claro a tu mente y a tu cuerpo: “voy en serio”. Luego ponlo en un lugar visible, tómale una foto y llévala en tu móvil.
Traduce el plan en fechas y de ser posible horas. El detalle y la especificidad son importantes.
5. Prioriza:
No todo es urgente, no todo es importante. Hay cosas que pueden esperar, otras que debes atender ya.
Lista tus pendientes y jerarquízalos. ¿Conoces la historia de las piedras y el frasco? Si no la conoces, ¡spoiler alert! pon las piedras grandes primero, lo realmente importante para ti: salud, familia, amor… luego quedará espacio para lo demás. Este vídeo muestra la historia en inglés, subtitulada en español.
6: Pide ayuda, y acéptala:
Delega, no todo tienes que hacerlo tú solo. Ni siquiera tienes que ser un sábelo todo, pide ayuda: amigos, familiares o profesionales.
Tener a un coach profesional a tu lado (En mi caso tuve a una coach maravillosa y ahora también una psicóloga que admiro y respeto profundamente) te permitirá no solo sentirte acompañado, motivado, si no que además, te ayudará a organizar, a hacer seguimiento de tus acciones, medir y celebrar tus progresos y por supuesto te impulsará a lograr lo que quieres con balance y satisfacción.
¿Tienes un plan y quieres asegurarte de que obtendrás resultados satisfactorios? Contáctame, será un gusto leerte y acompañarte.
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